Patricia Pineyro perdió el balance durante una boda en Guayaquil, Ecuador, el pasado año y se fue al piso. Los que estaban a su alrededor pensaron que era una caída sin importancia. Pero la lesión fue seria. El hueso del muslo derecho se fracturó en ocho partes.
Luego supo por qué. “Tenía osteoporosis”, dice Pineyro, de 51 años y residente de Coral Gables. “Pero no lo sabía”.
El vínculo entre la baja densidad ósea y las fracturas por fragilidad está bien documentado. De acuerdo con la Asociación Americana de Cirujanos Ortopedas, cerca de 1.5 millones de estadounidenses sufren fracturas relacionadas con osteoporosis anualmente. Son más los casos combinados de ataques de corazón, accidentes cerebrovasculares y cáncer de seno.
De acuerdo con la Fundación Internacional de Osteoporosis, los estadounidenses gastan cerca de $20 mil millones anualmente para tratar las fracturas por osteoporosis. Se espera que esa cantidad aumente a $25 mil millones para el 2025. Esos números han hecho que los cirujanos ortopedas tengan un acercamiento distinto a las fracturas por fragilidad.
“Ya no estamos tratando solo la fractura”, dice el Dr. Charles Jordan, del Centro para Ortopedia y Medicina Deportiva del Doctors Hospital. “Estamos tratando el sistema musculoesqueletal como un todo”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud, se estima que 34 millones de estadounidenses sufren de osteopenia, una condición que se caracteriza por una baja densidad ósea, o la enfermedad más severa de los huesos conocida como osteoporosis.
Aproximadamente el 80 por ciento de estos pacientes son mujeres.
El riesgo de osteopenia y osteoporosis por lo general aumenta con la edad. “Un hueso tiene una estructura de panal”, explica el Dr. Dan Chan, cirujano ortopeda especialista en trauma del Memorial Healthcare System en Broward County. “Según envejecemos, la estructura se llena de más espacios vacíos y menos componentes estructurales del hueso”.
Los huesos frágiles aguantan menos estrés y caídas menores, dice la Dra. Violet Lagari-Libhaber, profesora en la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, quien se especializa en osteoporosis. “Cualquier clase de torcedura o fuerza que no tenía consecuencias mayores a los 30 años, ahora es extremadamente peligrosa”, dice Lagari-Libhaber. “No tiene que ser una caída traumáutica”.
Una fractura puede tener consecuencias serias. Uno de cada cuatro pacientes con fractura de la cadera relacionada con osteoporosis, termina en un hogar de cuidado prolongado, dice Chan. La mitad no puede volver a caminar sin asistencia. Cerca del 20 por ciento muere dentro de un período de un año.
“Un buen porcentaje de las personas no vuelve al nivel previo de independencia”, según Chan. “Las personas que ya están utilizando un andador están ahora confinadas a una silla de ruedas”.
Para minimizar el daño, los cirujanos ortopedas deben actuar rápidamente. “Lo primero que debemos hacer es tratar la fractura, porque hay fracturas que causan inmovilidad”, dice Jordan.
Él y otros cirujanos están aprovechando la nueva tecnología para reparar los huesos fracturados. Además hay nuevas técnicas en los tipos de cirugías que realizan.
“Ahora estamos haciendo más reemplazos completos de cadera”, dice. “La evidencia ha demostrado que las personas que se someten a un reemplazo total de cadera tienen mejores resultados que los que se someten a un reemplazo parcial. Hay mejores resultados a largo plazo y menos dolor”.
Sin embargo, los cirujanos también están enfocándose en el tratamiento de la baja densidad ósea, que es a menudo un problema subyacente.
El esfuerzo es parte de una campaña internacional llevada a cabo por grupos como la Asociación Americana de Cirujanos Ortopedas, la Asociación Americana de Ortopedia y la Fundación Internacional de Osteoporosis, para romper el ciclo de fracturas por fragilidad, en un intento por prevenir la recurrencia en fracturas.
“Han habido ciertas iniciativas para que el cirujano ortopeda tome un rol más activo en el tratamiento de la enfermedad”, comenta Chan.
Después de la cirugía, Jordan envía a los pacientes a realizarse exámenes de sangre y evaluaciones de densidad ósea que pueden indicar osteopenia y osteoporosis. Si el paciente está en riesgo de desarrollar otra condición, Jordan recomienda un régimen de suplemento de calcio y vitamina D. Para los pacientes con osteoporosis, puede también recomendar tratamientos farmacológicos que retrasan la reducción ósea.
Jordan no trabaja solo, dice. Trata a los pacientes en conjunto con los médicos primarios. “Nos aseguramos de que se atienda al paciente en su totalidad”, expresa.
Pineyro, quien se fracturó el hueso del muslo, tuvo cirugía de emergencia en Ecuador. Luego tuvo una segunda cirugía en West Kendall Baptist Hospital porque la placa que se utilizó para reconstruir el fémur era demasiado grande. Jordan, quien trató a Pineyro en el sur de Florida, le recetó un medicamento para tratar la osteoporosis, Forteo, que ayuda a desarrollar hueso nuevo.
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