Quizás no se pueda pueda prevenir con total certeza, pero sí se puede luchar porque disminuyan las posibilidades de que sobrevenga. La actividad física y una buena alimentación, son las claves para prevenirlos.
El cáncer es una enfermedad cruel, a la que todos estamos expuestos, que llega sin previo aviso y que atormenta nuestras vidas poniéndolas en serio peligro. Quizás no se pueda pueda prevenir con absoluta certeza, pero sí se puede luchar porque disminuyan las posibilidades de que sobrevenga adoptando unos hábitos saludables a través de la actividad física y la alimentación.
El ejercicio físico reduce el riesgo relativo de sufrir cáncer de mama; es más, cuánto más intensa sea dicha actividad, mayor es su carácter protector.
La enfermedad como su tratamiento quimioterapéutico producen una serie de cambios asociados, como depresión, trastornos de ansiedad o fatiga, contra los que la actividad física y la fisioterapia pueden actuar. Luchar en un mano a mano contra la fatiga inducida por cáncer, que un alto porcentaje de pacientes padece y la cual les imposibilita recuperar su vida profesional o personal por el envenenamiento de los fármacos que les ocasionan el cansancio crónico, es posible a través del ejercicio y las terapias manuales.
Una relación entre el cáncer y la alimentación se puede encontrar, pues la quimioterapia, cuando hay metastasis, tiene una utilidad limitada. Hay una íntima relación entre el cáncer y una deficiente alimentación, por lo que se concluye que ésta es una enfermedad que se puede prevenir si modificamos nuestra alimentación y estilo de vida.
Dar la vuelta a la página, es combatir al cáncer, plantarle cara, y ponerle una sonrisa y ganas, porque son nuestras pequeñas pero valiosas armas para ganar la batalla. Y en este camino se erige en un pilar fundamental adoptar unos hábitos saludables, combinando actividad física y alimentación con una dosis extra de positivismo.
¡Puedes hacer mucho! Tú controlas tu vida: cuida tus hábitos.
La enfermedad como su tratamiento quimioterapéutico producen una serie de cambios asociados, como depresión, trastornos de ansiedad o fatiga, contra los que la actividad física y la fisioterapia pueden actuar. Luchar en un mano a mano contra la fatiga inducida por cáncer, que un alto porcentaje de pacientes padece y la cual les imposibilita recuperar su vida profesional o personal por el envenenamiento de los fármacos que les ocasionan el cansancio crónico, es posible a través del ejercicio y las terapias manuales.
Una relación entre el cáncer y la alimentación se puede encontrar, pues la quimioterapia, cuando hay metastasis, tiene una utilidad limitada. Hay una íntima relación entre el cáncer y una deficiente alimentación, por lo que se concluye que ésta es una enfermedad que se puede prevenir si modificamos nuestra alimentación y estilo de vida.
¡Puedes hacer mucho! Tú controlas tu vida: cuida tus hábitos.
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